Historias
que
contar
El día 1 de febrero nos visitó la Animadora a la Lectura de Vicens Vives, Ana. Esta es una actriz que cuenta historias y representa fragmentos de algunas obras.
En este caso, ella nos explicó la historia de "La casa de Bernarda Alba". La obra comienza con la muerte del segundo marido de la protagonista, una anciana llamada Bernarda. Tras lo ocurrido, la mujer jura guardar la honra de la familia, para ello prohíbe totalmente a sus cinco hijas mantener relaciones con cualquier hombre. Ya que no quería que hubiese habladurías en el pueblo.
La más mayor de las descendientes y por lo tanto, la más rica, recibía el nombre de Angustias. La menor se llamaba Adela. Pese a su juventud la muchacha tenía el deseo de desfogarse libremente. Ese era un tema que estaba completamente prohibido por su madre. A la anciana también la acompañaba Poncia, una especie de ama de llaves que había tenido a su lado durante muchos años y otra criada, que le hacía las labores de la casa.
En esta historia solo aparecían mujeres y un único hombre, Pepe Romano. Este era un chico joven de unos 25 años el cual estaba dispuesto a comprometerse en el sentido matrimonial con Angustias, por el simple motivo de las riquezas que la mujer poseía.
Pero el amor no era verdadero y en él solo había intereses. Por lo que Pepe, en realidad estaba enamorado de la hija menor de Bernarda, Adela. Esta, al ser el otro un chico agraciado, le correspondía sin poner obstáculo alguno. Cada noche el joven acudía a pretender a Angustias a la puerta de su casa. Con ella compartía momentos de poca duración. Pero cuando la chica pensaba que ya se marchaba, el muchacho acudía a ver a su bella hermana.
Cuando la cabeza de familia (Bernarda) se enteró del romance secreto, salió con una escopeta y disparó a Pepe Romano. A este la bala no le alcanzó, pero eso no fue lo que pensó Adela. Esta estaba segura de que su amante había muerto y por ello como signo de amor hacia él, ella se suicidó.
Más tarde Ana, nos representó dos fragmentos de la obra. En uno de ellos aparecían Poncia y la otra criada. Estaban manteniendo una conversación un tanto distante. Mientras Poncia le ordenaba que limpiase, le iba contando que despreciaba tanto a su dueña que le gustaría verla muerta.
En la otra escena nos representó un diálogo entre Adela y la ama de llaves. Esta última le contó a la joven que se había enterado de la historia de amor que mantenía con el futuro marido de Angustias. Ella le explicó que no se tenía que preocupar, que solo tenía que esperar unos meses hasta que su hermana muriera en su primer parto.
Al final nos explicó que el autor, Federico García Lorca, había querido mostrar y defender la libertad sexual de la mujer, contraponiéndola con la injusta sociedad de aquellos tiempos.
Pasados unos minutos, nos contó otra historia que tuvo lugar en Éfeso, Turquía. Esta trataba de una matrona muy famosa, la cual sufrió el fallecimiento de su esposo. Esta juró velar día y noche la muerte de su amado. Cuando todos los vecinos del pueblo la tuvieron casi por muerta debido a que llevaba más de cinco días sin comer, apareció en su vida un soldado. Con el que mantuvo numerosos encuentros sexuales. El trabajo de este hombre era vigilar que nadie se llevase los cuerpos muertos clavados en la cruz para enterrarlos. Pero tras varias noches de lujuria con la mujer un señor robó el cuerpo de su familiar y se lo llevó. Cuando el vigilante se dio cuenta de lo que había sucedido decidió que el debía morir, pero antes de cometer una locura la matrona le dijo que ella no quería velar por el cuerpo suyo y de su marido. Por lo que se le ocurrió la idea de poner en la cruz vacía a su esposo para que nadie se diese cuenta de lo ocurrido.
Este acto demuestra lo importante que era en aquella época mantener las apariencias.
Así concluye la visita de Ana a nuestro instituto.
Resumen realizado por las Alumnas de 3ºA:
Andrea Domínguez Fidalgo y Silvia Domínguez Fidalgo
